Obesidad infantil

Estudios y estadísticas recientes de la Organización Mundial de la SALUD (OMS) sitúan a la obesidad y el sobrepeso como una enfermedad crónica y de gran importancia y trascendencia social, llegando a alcanzar actualmente grandes niveles de epidemia a nivel mundial. Dichos estudios revelan alarmantes cifras en las que detallan como en la actualidad más de mil millones de personas adultas tienen sobrepeso, de los cuales al menos 300 millones son obesos.


22/04/2013 | Redacción Fn

El problema se agrava cuando entre esas cifras se incluyen alarmantes cantidades de niños y jóvenes que en todo el mundo sufren esta enfermedad. Diferentes estudios y estadísticas sitúan en 155 millones la cantidad de niños que en todo el mundo sufren sobrepeso, de todos ellos entre 30 y 45 millones son obesos. Siguiendo el ritmo actual y basándose en estos datos, se calcula que en dos décadas el número de niños obesos superará los 140 millones en todo el mundo.

Factores de riesgo

Entendiendo la obesidad como la acumulación excesiva de grasas en el organismo que provoca una descompensación entre las grasas consumidas y las gastadas. Se puede concluir que dicha descompensación constituye un grave peligro para la salud de las personas. En este aspecto varios son los factores que pueden influir en el desarrollo de la obesidad entre los jóvenes o niños.

• Alimentación inadecuada
• Poca actividad física
• Elementos metabólicos y genéticos
• Aspectos sociales
• Elementos fisiológicos.

Entre estos factores se pueden destacar los malos hábitos alimenticios y la tendencia a la vida sedentaria como los principales causantes de la obesidad infantil. En general los niños consumen excesivas cantidades de alimentos que son ricos en grasas y azúcares sencillos, así como el predominio de la carne y alimentos precocinados en las dietas de nuestros pequeños. A esto hay que sumarle la disminución en el consumo de verduras, hortalizas, frutas o pescado, curioso es saber que un elevado porcentaje de nuestros pequeños considera aburrido el consumo de estos últimos alimentos.



Hábitos y costumbres

Los malos hábitos alimenticios suelen ser a causa de un mal funcionamiento del entorno de los más jóvenes. La familia y el colegio son los principales pilares donde se fundamentan y construyen las rutinas alimenticias de los niños y jóvenes. En estos entornos es habitual ver como se premia con comida ciertos comportamientos positivos o negativos, obsesión paterna porque los niños coman mucho, festejar acontecimientos familiares con el excesivo consumo de bollería, alimentos procesados y la llamada comida basura, facilidad de acceso por parte de los niños a golosinas y chucherías con un consumo casi diario.

Entre las malas costumbres asociadas a la alimentación de los niños existe una estrechamente relacionada con el desayuno. Actualmente más de un 8% de los niños españoles acude al colegio sin haber desayunado, un 19,3% tan solo toma un vaso de leche y apenas un 7% toma un desayuno correctamente equilibrado compuesto de leche, fruta o zumo e hidratos de carbono.

Graves consecuencias relacionadas con la obesidad infantil

Antiguamente se consideraban sanos a aquellos niños en los cuales se veía un claro sobrepeso, un niño gordo era un niño sano. Algo que culturalmente hoy en día todavía se mantiene en el pensamiento de algunas personas. En la actualidad se conocen problemas de efecto casi inmediato y futuros asociados con la obesidad infantil, graves enfermedades y patologías de todo tipo que tienen su origen en la obesidad.

• Problemas psicológicos: Distorsión de la imagen de uno mismo, baja autoestima y claro estigma social y aislamiento. Habitualmente estos problemas derivan en bulimia o anorexia nerviosa, con las complicaciones que ellas conllevan.
• Problemas físicos: Diabetes II, apnea del sueño, trastornos hepáticos, hipertensión, hipercolesterolemia, alteraciones arteriales, cálculos biliares, alteraciones ortopédicas y óseas, aparición precoz de trastornos cardiovasculares.
Sepamos también el hecho de que todas estas patologías consecuentes de la obesidad traen consigo otras muchas que se derivan de ellas mismas, lo cual aumenta el riesgo para la salud más aún si se trata de un niño.

Necesidad de prevención

La Organización Mundial de la Salud detalla diez factores de alto riesgo los cuales son considerados claves para el desarrollo de enfermedades crónicas, pues bien, cinco de ellos están altamente relacionados con la alimentación y el ejercicio físico. Algo que sin duda habla de la importancia que la obesidad adquiere para con la salud de las personas, el riesgo y la alarma aumentan cuando se trata de niños.
Para conseguir una correcta adquisición de hábitos en la vida del menor se debe incidir en la toma de cierto número de aspectos considerados clave para conseguir rutinas saludables.

1. El desayuno debe considerarse como la comida más importante, pues en él se debe encontrar al menos el 25% del valor energético del día necesario para un niño. Por esa razón se debe realizar un desayuno completo y equilibrado.
2. Desarrollar el gusto por las verduras, hortalizas y frutas. Esto puede facilitarse disimulando su sabor o presencia mediante ensaladas, pizzas vegetales, tortillas...
3. Evitar que piquen entre horas.
4. Potenciar la actividad física y su desarrollo en los niños. Se puede buscar un deporte que guste al niño y animar a su práctica.
5. Involucrar a todos los miembros de la familia en unos hábitos alimenticios correctos.
6. Moderar el consumo de grasas, sobre todo las de origen animal.
7. Moderar el consumo de golosinas, alimentos ricos en azúcares, dulces y refrescos.

Adquirir unos hábitos saludables es clave para que nuestros niños disfruten de la vida tal y como un niño debe disfrutarla.

Artículo de fuenlabradanoticias.com

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